La ansiedad es una respuesta emocional de nuestro organismo ante situaciones que nuestra mente percibe como amenazantes. Produce una reacción psicofisiológica de activación de nuestro sistema nervioso central, con la finalidad de actuar en caso de ser necesario.
Las causas de la ansiedad pueden ser múltiples. Frecuentemente encontramos factores biológicos y ambientales. Por ejemplo, determinadas experiencias vitales, sucesos traumáticos, relaciones familiares conflictivas, baja autoestima y sentimiento de inferioridad, carecer de habilidades de afrontamiento y de solución de problemas, entre otras, pueden predisponer a la ansiedad y a sus trastornos.
Se puede diferenciar la ansiedad normal de la ansiedad patológica, según si nos limita o no en nuestra vida cotidiana. La ansiedad normal se caracteriza por ser proporcionada a la situación y no genera un deterioro significativo. En cambio, la ansiedad patológica es desproporcionada para la situación que la desencadena, limita notablemente nuestra vida cotidiana y la persona no posee recursos suficientes para manejarla.
¿Cuáles con los síntomas de la ansiedad?
Existen diferentes tipos de síntomas de ansiedad. Los más frecuentes son los siguientes:
- Síntomas fisiológicos: sudoración, taquicardia, temblores, molestias gastrointestinales, sensación de ahogo, etc.
- Síntomas cognitivos: preocupaciones, temores, rumiaciones, dificultades para concentrarse, problemas de atención, dificultad para tomar decisiones, pensamientos catastróficos, etc.
- Síntomas motores: conductas de evitación y/o escape, hiperactividad, hipervigilancia, impulsividad, etc.
¿Qué son los Trastornos de Ansiedad?
En general, los trastornos de ansiedad están caracterizados por presentar miedo, ansiedad y/o preocupación excesiva. Están presente durante la mayoría de los días en los últimos meses y causan un deterioro significativo en la vida cotidiana de la persona.
Los más frecuentes son los siguientes:
- Fobia específica:
Existe un miedo intenso, irracional y persistente, relacionado con un objeto o situación concreta. Por ejemplo, fobia a los aviones, fobia a conducir, fobia a la sangre, etc.
- Trastorno de pánico:
Tenemos que diferenciar un trastorno de pánico de un ataque de pánico. Este último suele ser puntual, estar relacionado con una situación específica y no suelen aparecer pensamientos tan catastróficos como en el trastorno de pánico. El trastorno de pánico es un episodio de ansiedad repentino y muy intenso, acompañado de sensaciones físicas desagradables. Suelen aparecer varias crisis de ansiedad durante el último mes.
- Agorafobia:
La agorafobia consiste en la aparición de una intensa ansiedad en situaciones en las que la persona siente que puede ser difícil escapar. Habitualmente, se evita estar solo/a fuera de casa, viajar en tren, conducir, etc. por miedo a que aparezca un ataque de pánico, con lo que, la agorafobia suele estar relacionada con el trastorno de pánico.
- Trastorno de ansiedad generalizada:
Este trastorno consiste en la aparición de una ansiedad y preocupación excesiva sobre diversos acontecimientos de la vida cotidiana. Por ejemplo, se suele estar preocupado/a por múltiples situaciones, con la característica de que la persona le resulta difícil controlar este estado constante de preocupación o inquietud.
- Fobia o ansiedad social:
La fobia o ansiedad social suele ser un miedo elevado y persistente por una o más situaciones sociales en las que la persona se ve expuesto/a a la posible evaluación por parte de los demás. Por tanto, se suele evitar los encuentros sociales, por la elevada ansiedad y malestar que generan, causando un deterioro significativo en la vida de la persona.
Si sientes ansiedad o crees que pueden tener un trastorno de ansiedad, en Mente Balú contamos con psicólogas y psiquiatras expertas en ansiedad y sus trastornos que pueden ayudarte y acompañarte para disminuir tu ansiedad y aumentar tu calidad de vida.
Caterina Teixidó