Los Pensamientos Intrusivos Inquietantes

Los pensamientos intrusivos son ideas, palabras o imágenes, repetitivos y persistentes, que aparecen de manera espontánea e involuntaria. Pueden ser pensamientos agradables o desagradables, siendo estos últimos muy angustiantes e inquietantes para la persona.

Todas las personas podemos experimentar diversos pensamientos intrusivos e inquietantes en algún momento. Normalmente, los pensamientos nos sirven para adaptarnos a diversas situaciones, apareciendo espontáneamente sin que podamos ejercer un control sobre ello.

La dificultad surge cuando nuestros pensamientos nos causan angustia y ansiedad, generando elevado malestar, independientemente de las situaciones que vivimos. Así, se convierten en una fuente de sufrimiento cuando no deseamos tenerlos, nos preocupamos por ellos e intentamos luchar contra ellos para eliminarlos.

Paradójicamente, cuando más intentamos eliminar o rechazar los pensamientos inquietantes con mayor frecuencia aparecen en nuestra mente, nos perturban y causan malestar. De manera que intentar no pensar en aquello que nos preocupa es una forma de pensar más en ello. 

A continuación, os proponemos una actividad para ejemplificar este proceso. En los próximos diez minutos intenta no pensar en un gato blanco. Si haces este ejercicio te darás cuenta que el esfuerzo que realizas por no pensar en este animal resulta contraproducente. Cuando más intentas no pensar en un gato blanco, más frecuente se vuelve el pensamiento. Este proceso puede ser muy perturbador e interferir notablemente en nuestra vida cotidiana, especialmente cuando se trata de pensamientos inquietantes.

 

Características de los pensamientos que desconocemos

Asimismo, resulta fundamental conocer los siguientes aspectos sobre los pensamientos:

  • No podemos ejercer un control sobre nuestros pensamientos, simplemente aparecen automáticamente, sin poder elegirlo.
  • No por pensar en algo significa que eso sea real, es decir, los pensamientos carecen de valor de realidad.
  • No por tener pensamientos sobre una temática con elevada frecuencia, se convierte en más importante o con mayor probabilidad de ocurrencia, es decir, no hay relación entre la repetición de los pensamientos y la importancia de los mismos. Lo que sucede es que se establecen mayores conexiones neuronales, aumentando la frecuencia con la que el pensamiento aparece en nuestra mente

 

¿Cómo manejar los pensamientos perturbadores cuando aparecen?

Lo fundamental es la relación que establecemos con estos pensamientos y nuestras creencias sobre ellos. La manera más eficaz para poder manejarlos es la aceptación. A continuación, te proponemos unos pasos sencillos y útiles para disminuir la interferencia que estos pueden producir:

  • Identifica el pensamiento

En primer lugar es fundamental identificar y etiquetar que estamos pensando. Para ello, pregúntate: ¿qué estoy pensando? Seguidamente, permítete tener el pensamiento, no luches contra él, recuerda que solo es un pensamiento que carece de valor de realidad. Puede ser de utilidad decirse alguna frase como por ejemplo, “estoy teniendo un pensamiento desagradable que me está causando mucho miedo”.

  • Tomar consciencia de que “solamente son pensamientos”

Tal y como hemos comentado, los pensamientos son solamente eso, pensamientos.  Resulta fundamental conocer que éstos son automáticos, aparecen de manera intrusiva sin que podamos ejercer un control sobre ellos para poder evitarlos. No es necesario luchar contra ellos para que desaparezcan, simplemente tenemos que permitirnos tenerlos y aceptar que no podemos elegir si queremos o no tenerlos.

  • Observar los pensamientos

Tenemos que aprender a “dejar estar” los pensamientos, es decir, permitir que estén en nuestra mente sin necesidad de reaccionar ante ellos. Observar cómo llegan, nos dejan un mensaje y se van. A menudo, hemos aprendido a responder ante ellos, a apartarlos de nuestra mente o a mantener un dialogo interno con ellos. Ahora tenemos que aprender a observarlos sin responder. Recuerda que son solamente pensamientos, no implican realidad.

  • Permitirte sentir las emociones que conllevan los pensamientos

Detrás de cada emoción que experimentamos, existe un pensamiento que la genera. Por eso, es fundamental sentir las emociones, permitirlas y escucharlas sin evitarlas. Si tenemos pensamientos inquietantes es normal sentir miedo, tristeza, ira, etc. y hay que dar un espacio a todas estas emociones, normalizando su aparición.

  • Date tiempo y no te apresures

Recuerda que son solamente pensamientos y continúa con lo que estabas haciendo, no permitas que dominen tu vida y actividades cotidianas.

 

 

Ahora ya sabes que no podemos controlar lo que aparece en nuestra mente pero sí decidir la forma en la que reaccionamos.

Si tus pensamientos te generan elevado malestar y presentas dificultades para manejarlos, en Mente Balú podemos ayudarte. ¡No estás solo/a!

Caterina Teixidó.

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