La terapia EMDR

¿Qué es la terapia EMDR?

La terapia EMDR (siglas en inglés de desensibilización y reprocesamiento a través de los movimientos oculares) fue desarrollada por Francine Shapiro en los años 80 para intervenir en problemas causados por situaciones estresantes y/o traumáticas. Se observó que existía una relación entre el movimiento ocular y la reducción de la sintomatología relacionada por pensamientos perturbadores.

Esta terapia es uno de los tratamientos de elección y muy eficaz para diversos problemas asociados con situaciones traumáticas como abuso sexual, accidentes, abandono o negligencia en la infancia, trastornos de ansiedad, trastornos depresivos, duelos, trastornos alimentarios, trastornos disociativos, entre otros.

 

¿Cómo funciona?

En el momento de experimentar un evento traumático, las respuestas bioquímicas de nuestro cerebro, encargadas de realizar un adecuado procesamiento de la información, quedan bloqueadas. Así, aquellas informaciones respecto a la situación traumática permanecen aisladas, sin integrarse, almacenándose de forma patológica en nuestra memoria.

La terapia EMDR permite acceder a los recuerdos traumáticos para procesarlos de forma adaptativa y rápida. Su aplicación conlleva la estimulación bilateral mediante diversas estrategias adaptadas a la persona, con la finalidad de estimular ambos hemisferios cerebrales, facilitando la conexión entre ellos y desbloqueando la información que ha quedado bloqueada por el trauma. De esta forma, las emociones perturbadoras asociadas al evento traumático disminuyen, logrando un sentimiento de seguridad.

Entendemos que trabajar en terapia situaciones que han tenido un impacto emocional significativo puede ser doloroso, por tanto, antes de aplicar esta herramienta, resulta fundamental generar una alianza adecuada con el terapeuta, poseer de recursos de regulación emocional necesarios y sentir que el entorno terapéutico nos brinda seguridad y protección.  En caso contrario, la terapia podría no ser eficaz. En Mente Balú nos aseguramos que existan estos elementos para hallar los resultados deseados con nuestras terapias.

 

¿Qué tipos de traumas existen?

Cuando hablamos de trauma, nos referimos al efecto negativo y duradero que ha tenido uno o varios acontecimientos para la persona, independientemente de su causa. Podemos diferenciar dos tipos:

  • Traumas “T”:

Hace referencia a lo que habitualmente consideramos trauma, es decir, una sola experiencia dolorosa e impactante. Por ejemplo, accidentes de coche, atentados, incendios, etc.

  • Traumas “t”:

Consiste en situaciones perturbadoras continuas en el tiempo que superan nuestra capacidad de afrontamiento, provocando un impacto emocional significativo. Por ejemplo, experiencias de bullying, malos tratos, rechazo de los padres, etc.

 

En Mente Balú desarrollamos un plan de trabajo terapéutico personalizado para cada persona, en función de su situación y necesidades, aplicando las herramientas y técnicas terapéuticas necesarias para aumentar el bienestar psicológico y emocional de la persona, así como alcanzar sus objetivos personales.

Caterina Teixidó

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