En España, actualmente el síndrome del cuidador es una realidad que va en aumento, siendo una de cada tres personas las que lo padecen al tener a su cargo un familiar dependiente. Los cuidadores de dicha población soportan una gran carga, tanto psicológica como física.
El síndrome del cuidador se podría definir como el conjunto de problemas psíquicos, físicos, emocionales, sociales y económicos que pueden padecer los cuidadores de aquellos adultos que se encuentran en situación de dependencia.
Ciertos aspectos que caracterizan a este cuidador según la Asociación de enfermos de Alzheimer de España son: sobrecarga continua física y emocional, asunción de toda responsabilidad, pérdida de independencia y paralización de su proyecto vital durante algunos años.
Las causas más relevantes del síndrome del cuidador suelen ser: sentimiento de culpa, problemas para diferenciar la salud ajena de la propia (se implican tanto en la salud del enfermo que desatienden su propia salud), falta de asertividad, falta de conocimientos sobre cómo cuidarse, rotura de vínculos sociales, incapacidad para pedir ayuda, expectativas poco realistas y angustia ante la presión social. Por lo tanto, es importante concienciar a la población general de la sobrecarga que los cuidadores presentan.
Recomendaciones para prevenir el síndrome del cuidador
- No olvidar la propia identidad. Es importante que el cuidador atienda a sus asuntos propios, buscando un equilibrio entre su vida y su rol de cuidador.
- No olvidar el autocuidado. Teniendo especial relevancia el no descuidar su salud y su bienestar.
- Aprender a poner límites.
- Realizar actividades que sean placenteras. Esto ayuda a romper con la monotonía, olvidar las preocupaciones y beneficiarse personalmente.
- Ser conscientes de las propias emociones
- Aprender a pedir ayuda cuando sea necesario. Además, la comunicación sobre los propios sentimientos con personas de su entorno va a permitir que entiendan mejor lo que están padeciendo, a la vez que hace que disminuya la carga que tienen.
- Fomentar las relaciones sociales.
- Unirse a un grupo de apoyo. Al rodearse de personas que se encuentran en una situación similar a la suya, van a llegar a sentirse comprendidos y valorados; además, podrán aprender cómo gestionar diversas situaciones a través de experiencias de otros.
- Aprender a delegar el cuidado y pedir ayuda a profesionales cualificados en la enfermedad del familiar dependiente.
Ainhoa Ronda